martes, 19 de febrero de 2008

A continuación les envio un mensaje de nuestro Profesor.

HOLA. SALUDOS MIREYA Y LOURDES, PIENSO QUE EL GRUPO COINCIDE CONMIGO EN LA IMPORTANCIA Y ESFUERZO REALIZADO POR AMBAS EN MANTENER EL ESPIRITU DE PARTICIPACION EN ESTE MEDIO, CON EL PROPOSITO DE HACER CONSTAR LA VIVENCIA Y VIDA DE NUESTRO SEMINARIO. AL IGUAL QUE LA MAYORIA DE USTEDES LAS ACTIVIDADES QUE REALIZAMOS EN LA ACTUALIDAD SON DE PREMURA, LO QUE NOS ORILLA A DESCUIDAR BREVEMENTE LOS CONTENIDOS DE LOS TEMAS. PERO AUN ASI ESTAMOS ACTIVOS Y PRUEBA DE ELLO ES LA PRESENTACION Y SEGUIMIENTO DEL PRODUCTO EXPUESTO. ASI PUES LA GRATITUD RECONOCIMIENTO A NOMBRE DE TODOS LOS PARTIPANTES EN EL SEMINARIO Y MI CREDITO A SU INTERES Y ENTUSIASMO . NO HABRA OTRA MEJOR OPORTUNIDAD DE PARTIPAR EN ALGUN FORO DONDE TENGAMOS LA FORTUNA DE DEMOSTRAR Y ELABORAR UN PENSAMIENTO QUE PROMUEVA EL EJERCICIO DE ANALIZAR Y ANALIZARNOS, Y A SU VEZ TESTIMONIAR LA VIDA PSIQUICA, COMO PARTE DE LA NATURALEZA HUMANA, ASI PUES LA RAZON HUMANA ES UN PROCESO NATURAL DE LA VIDA PSIQUICA.... USTEDES QUE DICEN... CORDIAL SALUDO DE VICTOR MANUEL GAYTAN HERRERA.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, saludos a todos;
soy César Arellano.
Antes que nada, gracias por leer lo siguente, por asistir al Seminario y por su participación.
Felicidades a Norberto por su exposición y un merecido reconocimiento.

A petición del Profesor Gaytán, comparto con ustedes los comentarios que tuve oportunidad de intercambiar con él, poco antes de iniciar la sesión pasada.
Como es de suponer, ello con el afán de clarificar los principios y conceptos psicoanalíticos contextualizándolos, pero siempre en función de la obra misma de Freud y teniéndola como punto de referencia y comparación. Así:


Creo que es importante, no limitarnos a leer tan solo el material que se verá en el Seminario; sino “ampliar” la consulta, enriqueciéndola con los textos afines del propio Freud.


Al respecto de dicho material, es imprescindible “tratar de tener bien claro” tanto la fecha en que fue escrito, así como su temática(s) general y/o especifica.

Me permito pues sugerirles la revisión de:
“Esquema del Psicoanálisis” (1909) ó las Cinco Conferencias dadas por Freud en
América en Worcester; “Historia del movimiento psicoanalítico” (1914); “Conferencias de introducción al Psicoanálisis” (1916-17) o las mismas que ya estamos revisando colectivamente; “Autobiografía” (1925) y “Compendio de Psicoanálisis” (1938), un texto inconcluso que fue publicado hasta 1940.

Anónimo dijo...

Hola, saludos a todos, "otra vez".
Soy César Arellano y les agradezco anticipadamente leer lo que sigue.
Por la importancia que creo reviste (desde luego pude darme cuenta de ello posteriormente), quiero insistir en la observación de Mireya referente a la “función catalizadora” de los sueños. Recordemos que se preguntó hasta qué punto influyen los sueños -en función del procesamiento suficiente de las pulsiones durante los mismos-, en un estado de vigilia y de consciencia libre de psicopatología.

Aquí, tan sólo quiero referirme a una formidable declaración de Freud que aventaja con creces cualquier intento de reducir ingenua y mecánicamente la “comprensión” del alma humana. Ciertamente, tratar de “entender” y/o “explicar”, como él magistralmente procede, involucra y abarca solamente los niveles epistemológicos básicos –y necesarios sin lugar a dudas- que permiten tener una “visión integral y unitaria” de cualquier proceso; en este caso de la vida mental, de la consciencia, la normalidad, el inconsciente o la patológica.

Espero que la encuentren tan sugestiva como todo lo que todos opinamos cada sábado. En verdad, no se trata de ver quién sabe más y por ende quién menos, sino de “desinstalarnos de la cobardía”; es decir, esta muy bien dudar, incluso dudar mucho –es enfermizo por cierto únicamente “poseer” certezas- y tener miedo o pánico a hablar o escribir, “a exponernos y a equivocarnos”, pero es vil pasar casi siempre “desapercibidos”.


“No se puede llegar a conclusión alguna
sobre la estructura y el funcionamiento del aparato psíquico
y menos comprobar completamente tales deducciones,
aún a partir de la más rigurosa investigación de los sueños
o de cualquier otra función de la mente, tomada de forma aislada”.

Freud, S. “La interpretación de los sueños” (1900).
Ed. Alianza, España 1985; Capítulo 10, Vol. 3, pp. 139.